Trevor Nunn, especialista de Shakespeare en el teatro, ha llevado al cine con gran brillantez esta comedia de enredo. La acción transcurre en el imaginario reino de Illiria, que el director sitúa a finales del siglo XIX, lo cual le permite el recurso a magníficos y suntuosos espacios naturales: palacios, jardines, pueblos y paisajes costeros..., así como riquísimos interiores y un lujoso vestuario acordes.
El texto de Shakespeare permanece casi íntegro; y en cuanto a la acción, se introducen, como es habitual, aquellas escenas que en la pieza del dramaturgo quedan implícitas, como el espectacular naufragio al comienzo de la película.
Viola y Sebastian, hermanos gemelos, naufragan en alta mar. Viola está convencida de que su hermano ha muerto ahogado. Disfrazada de hombre y bajo el nombre de Cesario, entra al servicio del conde Orsino, enamorado de Olivia, que le desdeña. Viola-Cesario hace de embajador del conde Orsino ante Olivia, la cual se enamora de él-ella; también el conde, rechazado por Olivia, se va enamorando de Cesario-Viola... y ella del conde. Y aquí se centra todo el enredo, con pasajes y personajes secundarios de gran sabor. El desenlace feliz llega con la aparición de Sebastian, acompañado de un íntimo admirador suyo.
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